domingo, 14 de febrero de 2016

Cataclismos de invierno

Sí, las obsesiones existen.
Yo que estoy obsesionado con volver atrás y cambiarlo todo, como si fuera a conseguir algo empezando de cero, quizá al final acabaría cursando lo mismo, me haría los mismos tatuajes en la piel y en el corazón. Me imagino mi vida sin todo lo que hasta este momento he considerado dañino, no es el arte, no es el amor, son mis pensamientos, cambiaría todas las decisiones que acabaron en No, y empezaría de nuevo diciendo que SÍ, si a todo, como un tic en el cuello que no me deja parar de asentir, ¿Me quieres? SÍ ¿Nos vamos? SÍ ¿Nos acostamos? SÍ ¿Saltamos? SÍ 
Y olvidarme de una maldita vez del no, de lo negativo, me imagino todo lo que podría haber hecho con el sí, con el se puede, a dónde habría llegado, no lo sé, pero algo sí que sé, nunca es tarde para tener el tic del sí. 
¡¡¡¡SÍ!!!!

miércoles, 10 de febrero de 2016

Llorona

Los años me han vuelto más visceral, pero algo si que es cierto, que mis ojos ya no lloran como antes, a veces cuando caigo, cuando sufro, incluso más que nunca, mis párpados siguen secos, se han adaptado.
Sé que no soy el mejor, ni mucho menos, ni en nada, pero no sé que tantas cosas hago mal, por qué todo siempre sale torcido.
Ahora cuando el dolor empiece, espero llorar, porque cuando las lagrimas no salen, las penas se quedan, dentro, retorciéndose y privándome de alimentarme, sin lagrimas, sin saliva, nada sale, nada entra, solo el humo, que mueran neuronas, que se me olvide pensar, que se acabe, que se acabe, solo quiero eso, que se acabe mi miedo, mi pena, esta pena.
Yo he dado, aunque no lo mejor, he dado lo que sé dar, repito, no lo mejor, ojala hubiera sabido dar lo mejor.
No quiero comer, solo quiero soñar, despertarme una mañana y que todo haya sido un sueño, que se me agoten las fuerzas y desvanecerme, como un trueno que retumba entre las nubes, buscando desesperado un lugar en el que desaparecer, que aunque fuera breve, quizás ya fue suficiente.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Espejos circenses


Distorsiono las imágenes, los sentimientos y las personas cambian en mi cerebro, como un estúpido pasillo lleno de esos espejos circenses, en mi cabeza nada ni nadie es como es en realidad.
No digo que sea del todo malo, a veces, es incluso útil... Lo malo viene cuando mi sistema de autodefensa empieza a fallar, y se destrozan los espejos dentro de la esponja que llevo como cerebro, cuando los látigos llegan de lleno a mi subconsciente, y las formas horribles siguen siendo horribles, me llevo las manos a la cabeza mi semblante palidece como si el pincel de Edvard Munch hubiese pasado por mi cara y lo único que deseo es que todos los tonos se queden grisáceos y que las noches eternas de verdad sean para siempre. 

jueves, 27 de febrero de 2014

Tienes las manos tan cambiadas.
A veces caigo y me aferro al pasado, ruidos de fondo en mi habitación, la casa retumba.  
Quisiera encontrar esa madriguera húmeda y profunda para aprender de verdad lo que es caer, tan abajo como pueda, dejar que todas mis heridas sanaran en la profundidad y que las cosas aquí arriba se arreglaran solas, sin mí, sin mis frágiles manos de cristal.
Tonos azules repartidos al rededor de tu corazón de plasma, que late, a veces fuerte como una roca y otras veces débil como un cascarón de huevo. 
Almas entrelazadas con hilo de pescar. 
Nos falta oxigeno en este siniestro mar.
A veces un acontecimiento lo cambia todo, y según el dramatismo de éste y el caos que siembre, todo lo que lo rodea entra en un periodo de desorientación. Al finalizar este ciclo decadente todo se decora con falsas sonrisas y celofán amarillo, solo las verdaderas víctimas recuerdan con claridad y como si fueran en sus propias pieles sus hijos conocerán el peso del metal de las varas de hierro y el plomo de sus disparos. Y el tiempo se convierte en una ruleta rusa sorteando cataclismos a diestro y siniestro.

sábado, 29 de junio de 2013

Utopia del artista, del soñador y del señor mayor.

Si el arte fuera ilegal, entonces si, orgasmos subyacentes en el mercado negro. Camellos con libros de Lorca, pinceles en los túneles y en los descampados, restos de pinturas en las manos escondidas en los bolsillos, en los suburbios de la ciudad a las tanta de la madrugada recitales de Poesía, madonas desnudas, vinilos de Sabina. Drogas y fármacos desbancados, colocones de color y sonido, palabras que aturden los sentidos, imágenes con alto contenido sexual, utopia del artista, del soñador y del señor mayor.

domingo, 25 de noviembre de 2012

26/11/12

Por lo general suelo ser una persona agradable y feliz que subsiste con su día a día, de una manera adecuada, pero hay días en los que esa persona se despierta encerrada en otra amargada e incapaz de afrontar todas sus obligaciones, mi irresponsabilidad, se desarrolla en esa parte de mí, esa parte que sucumbe al no hacer nada, para nada, esa parte que se sostiene en la ley del mínimo esfuerzo, en la infelicidad y en la nostalgia.
Cuando esa persona lleva el volante de mi cuerpo y de mis pensamientos, yo, no soy más que una sombra en un mundo sombrío, en el que la luz más cegadora también sería engullida por la oscuridad.
Me siento negro por dentro, desganado, imbécil, y, solo, completamente solo.